En el proyecto Cuadras Armónicas participaron varias personas a las que queremos reconocer por su esfuerzo y por su voluntad de compartir con nosotros sus conocimientos. Lo mínimo que podemos hacer es reseñar parte de su trabajo en nuestro blog. En esta oportunidad presentamos un pequeño perfil de los artistas que participaron de la convocatoria que abrimos hace unos meses y que ya ha dado muchos frutos. Los invitamos, entonces, a que aprecien y disfruten el trabajo de nuestros amigos.
Daniela Luna tiene
un amor entrañable por su territorio. Cada vez que se expresa tiene, al menos,
una palabra para referirse con afecto a la tierra que le vio crecer. Quizás por
eso está dotada de una profunda sensibilidad social que la ha impulsado a conocer,
recorrer y entender su territorio: la Localidad Cuarta de San Cristóbal.
Con apenas 19 años
ya ha hecho un montón de cosas: servicio social, trabajo ambiental, artesanías
con reciclaje y dibujo. Y ahora muralismo. El mural que ella está construyendo
junto con su amigo John Edward impacta por el tamaño de su frase: “…donde las aves se atreven con bufanda”, una
metáfora que seduce con facilidad para quienes hemos habitado en estos cerros.
Aún tiene esa
cualidad envidiable que los formalismos se han encargado de oscurecer: la
capacidad de sorprenderse con facilidad. Por eso a veces se le oye soltar una
sonora carcajada o se le escuchan expresiones como: “qué chévere”, “¡ay, tan
bacano!”.
Se toma un tiempo
prudencial para cada pregunta que le hago, al punto que en una ocasión me dice:
—Déjeme pensarlo un
rato y ahora le respondo.
Ese tiempo tomó
cerca de un cuarto de hora. Son los tiempos de ella, son los tiempos –pensé- de
una persona que se toma a pecho las preguntas.
Fabio Ramirez: ¿Cuéntanos un poco
del trasegar tuyo para llegar hasta acá?
Daniela Luna: Creo que me podría ubicar cuando salí del colegio. Cuando uno está
allá de algún modo vive en una burbuja. Pero al salir empecé a desarrollar un
sentido de pertenencia muy bacano por este territorio. Al salir se encuentra
uno medio desubicado, sin embargo, tuve la fortuna de conocer a una mujer
luchadora y soñadora que fue como mi maestra. Encontrarla a ella fue clave para
mi vida pues ella, siendo cabeza de familia, creó su propia empresa de manualidades,
textiles y diseño de modas. A parte de enseñarme a elaborar artesanías con
material reciclado descubrí un camino distinto, una forma de romper paradigmas
y una forma también de no seguir las convenciones sociales. Ella fue muy
importante en mi formación de lo que yo llamo una artista de la basura.
Fabio: Y lo ambiental tomaba forma…
Daniela: Sí. Los aprendizajes que recibí de ella me brindaron la experiencia
necesaria para relacionarme con otras personas. Fue así que conocí a líderes
comunitarios y organizaciones ambientales. Así entablé relación con CHILCOS y me convertí en tallerista, lo
cual me enriqueció muchísimo. Poco a poco y gracias a esta pasión mía por el
medio ambiente y por mi localidad terminé haciendo parte de los Proyectos Ambientales
Ciudadanos y los Proyectos Ambientales Escolares. Además me vinculé a la Red
Local Ambiental. Todas estas experiencias me permitieron encontrar en nuestra
localidad toda una joya, un tesoro a descubrir.
SOBRE LA COMPOSICIÓN
Fabio: Esa sensibilidad especial
hacia nuestra localidad influyó evidentemente en tu propuesta. Cuéntanos un
poco sobre ella.
Daniela: Claro que sí. Todo el
amor y el apego que siento hacia esta tierra lo quise plasmar en la propuesta
que les envié a ustedes. En ella, como ustedes vieron, están muy presentes las
montañas, las piedras y una Mandala. Todo
eso tiene un significado para nosotros. Cuando elaboré el dibujo con ayuda de
mi amigo John Edward Martínez quisimos plasmar a esos Cerros Orientales que nos cobijan, esas piedras que son como
nuestras abuelas ancestrales y la Mandala que encierra el significado de
movimiento, un movimiento que es como el de la comunidad: continuo y dinámico.
Propuesta en boceto. |
Preparando el muro a intervenir. |
La Mandala tiene en
el centro una estrella de 13 puntas que significa dirección y cada punta puede
significar un habitante de la localidad que trabaja en armonía con los demás,
como un todo. Los colores del círculo que forma la Mandala son los colores de
la bandera Whipala, la bandera de la
ancestralidad indígena. Esa bandera ejemplifica la lucha por sobrevivir, y en
el centro hay tonalidades de azul que significan el agua de las quebradas que
nos rodean y del Río Fucha, el río que según la mitología precolombina nació
mujer, y que tenemos tan abandonado.
En proceso. |
El paisaje se
complementa con un frailejón que se
conecta con las montañas por medio de sus hojas; también hay una planta de
Chilco, típica de los cerros, que le da vida a las montañas del fondo. Como
toque final el ave que mira al horizonte. Rescatamos esta ave porque es pequeña
y quizás insignificante para la mayoría de los habitantes. Pero la hicimos
grande, porque realmente lo es, por todo lo que significan las aves no sólo
para nuestros barrios sino para nuestro país en general. Y le agregamos la
pequeña frase “…donde las aves se atreven
con bufanda”; frase que nos pareció acorde para identificar el auténtico
clima que nos rodea todos los días, y que encontré en un libro que llegó a mis
manos por pura coincidencia. El libro se llama San Cristóbal habla “FUCHA”. Gracias a ese libro conocí más sobre la
historia de Juan Rey, el barrio que amo y donde espero morir, de mi Rio Fucha y
de mi linda y pequeña localidad cuarta: San Cristóbal.
Fabio: Todo esto que me cuentas
se ubica en un espacio concreto ¿Qué significado tienen para ti palabras como
“barrio, cuadra, vecindario”?
Daniela: Pues en principio son
espacios colectivos, los espacios donde crecemos con los demás. Yo recuerdo
mucho cuando era pequeña y aprendí a montar bicicleta en mi cuadra. Fue ahí
donde me caí practicando y donde vi crecer a los niños que ahora tienen 16 y 17
años.
Antes sentía uno
quizá algo de vergüenza cuando le preguntaban de dónde venía. Ahora no. Ahora
siento un profundo orgullo y apropiación por mi barrio, por mis montañas y por
mi localidad. Para mí es un privilegio vivir al borde de las montañas, donde no
todo ha sido consumido por el cemento y los edificios.
El esfuerzo va dando sus frutos. |
Fabio: ¿Cómo ha sido la
experiencia de trabajar con el Colectivo ArtoArte en este proyecto en particular?
Daniela: Yo había escuchado de
ustedes hace un tiempo. Pero no fue hasta que hicieron ese mural gigante en elbarrio Juan Rey cuando quise conocerlos mejor. Ahí estaba la dirección del blog
y gracias a eso los pude encontrar. Y yo estaba muy contenta de que ustedes se
tomaran el tiempo de embellecer mi barrio. Al saber, pues, de la convocatoria
nos presentamos con mi amigo, pero yo realmente dudaba que me fueran a escoger
porque sentía que mi boceto era regular, como si lo hubiera hecho un niño de
primaria. Así que cuando supe que había sido seleccionada me puse muy contenta
porque para mí resultó una gran experiencia conocerlos a ustedes, a personas de
la localidad que trabajan por la localidad con un alto sentido de pertenencia.
Niños se acercan a ver el mural en proceso. |
Fabio: ¿Crees que los trabajos que
se han hecho aquí pueden contribuir a una cultura de paz y de reconciliación?
Daniela: Eso es algo muy
difícil. Pero sí cambian cosas, y para mejor. Por ejemplo cuando ustedes
hicieron el mural en Juan Rey con la leyenda “Buenos días, vecino”, es algo que realmente le alegra el rato a
uno. Cuando yo lo vi se me salió una sonrisa. Eso puede pasar con mucha otra
gente que con amargura va al trabajo y se le olvida saludar. De pronto esa
persona ya llegue con una actitud distinta a donde tenga que ir. Cuando uno va
en los buses y ve esos murales son cosas que lo terminan alegrando.
También la
perspectiva del territorio cambia mucho porque la estética y el paisaje
cambian. Eso es cambiarle la forma de pensar a la gente, al menos por un
ratico.
El acabado. |
Así concluye
Daniela el pequeño interrogatorio a la que la he sometido.
Da alegría tropezar
con personas que sientan tan suyo el entorno local en el cual viven. En Daniela
no sólo hay expresiones de cariño por su localidad, también hay un trabajo desinteresado
de años. Y para ella eso es lo más importante, pues busca “que acción y
pensamiento estén acordes”. Para ser tan joven ya está llena de una sabiduría
casi que intuitiva, y creo que eso le será recompensado.
Es seguro que
vendrán muchas cosas buenas para ella. Como la que sigue y la que sigue y la
que sigue…pues, poco después nos enteraríamos que sí, que la tercera era la
vencida. Daniela había pasado a la Universidad para estudiar Artes Plásticas.
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