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20 junio 2016

¡Recetarios del Festival del Maíz, gratis para consultar y descargar!

Luego de realizarse, hace poco, el XIII Festival del Maíz de la Localidad de San Cristóbal, en el barrio San Rafael Suroriental, hemos querido poner a disposición de todos nuestros visitantes, varios de los recetarios que se han elaborado en las ediciones pasadas del festival de marras. En ellos podrás encontrar, entre otras cosas, coplas populares, cantos de nuestra tierra chichera, reflexiones sobre soberanía alimentaria, crónicas y, lo más importante, recetas confeccionadas por los propios participantes del festival. Así que podrás leer, de mano de nuestros abuelos y abuelas, los métodos para llevar a cabo platos tan disimiles, pero tan deliciosos, como la Mazamorra Pinto, el Cuchuco de maíz con espinazo, las Chorotas, y muchos otros platos más. Es más que un recorrido por la memoria cultural y gastronómica de nuestro territorio. ¡A saborear el maíz!


Momentos del XIII Festival del Maiz.
Barrio San Rafael Suroriental. Junio de 2016.



Recetario del Festival del Maiz. Año 2005.
Recetario del Festival del Maiz. Año 2007.
Recetario del Festival del Maíz. Año 2013.
Recetario del Festival del Maiz. Año 2014.

17 junio 2016

Ortix y el arte contemporáneo.



Giovanni Ortiz  se encuentra en el barrio San Rafael Suroriental, en la avenida principal; avenida que antaño fue la arteria principal para ir a Villavicencio desde Bogotá. De la fachada de una casa, que empieza a colorearse y a brillar por los rayos del sol que pegan duro a esta hora (12:30pm), sobresalen unos colores intensos, de diversas tonalidades. También aparecen unos muñecos deformes, extraños, pero simpáticos y alegres. Son los trazos de Giovanni Ortiz Jiménez o, "Aka Ortix", el nombre con el que adelanta su trabajo artístico. Llegó a nuestro barrio y localidad para compartir un poco de su talento, en el marco de nuestro proyecto arbolario y cuadras armónicas.  

Ortix vive en el barrio Marruecos, localidad Rafael Uribe Uribe. Pero ha sido un trashumante  que ha pasado por el 20 de Julio, Venecia, Villa del Río, Villa Mayor, Plaza de las Américas. Situación que le abrió la posibilidad de conocer muchas personas en la ciudad. De todas esas vivencias se ha nutrido su trasegar vital y profesional.


Fabio Ramirez: Giovanni, ¿cómo empezó el gusto por el arte, pero especialmente por el mural, el arte urbano y las intervenciones en el espacio al aire libre?


Giovanni Ortiz:  En estos casos uno siempre empieza siendo empírico, experimentando con materiales, con cosas que se encuentran por ahí. Muchos dicen que empiezan desde muy niños o muy jóvenes; yo debo decir que empecé desde el colegio, pintando poco a poco, y me fui involucrando en el muralismo, el diseño gráfico y la ilustración. Esa exploración me generó inquietudes para seguir estudiando, particularmente diseño gráfico. Más adelante me di cuenta que el artes es, de alguna manera, un acto de fe, un acto metafórico, un acto en el que encuentras experiencias que están allá escondidas en otro lado y las aprendes a ver, aprendes a reconocerte a ti mismo y a criticar a la sociedad desde otro punto de vista. Eso ha sido todo un proceso, tanto a nivel conceptual, como experimental.

El giro hacia el espacio público puedo decir que se dio con la aerografía. Aunque soy de Bogotá, poco conocía de la movida artística, pero con el tiempo empecé a conocer artistas que me involucraron en el medio, los cuales me enseñaron técnicas, trucos, dónde comprar materiales y así, poco a poco, me fui enrolando en el cuento del muralismo. El muralismo me gusta mucho, tiene una esencia visceral, un poco como si estuvieras danzando en un muro...es salir del formato pequeño y con ello, de ciertos formalismos. Ha sido toda una experiencia y también un recorrer; he fallado, he hecho cosas malas, he hecho cosas horribles...pero con el paso del tiempo he ido mejorando. 

Fabio: Ojeando su trabajo, me puedo dar cuenta de algunos aspectos que resaltan, por ejemplo, lo jocoso, lo caricaturesco, lo precolombino y una serie de juegos con el formato de la animación. Me imagino que a usted le gustan mucho los dibujos animados. 

Giovanni: Sí, yo inicié con una técnica que se llama el zoomorfismo, técnica que investigué desde el arte precolombino. Los Mayas y los Quimbayas, por ejemplo, hacían figuras orfebres con formas bien particulares: una taza con ojos, mano, cola de águila, etc. Entonces yo empecé a mezclar mis dibujos con esas características: hacía un rostro  y en el rostro ponía el ojo de un águila, la boca de un elefante....era, pues, zoomórfico. Después terminé agregándole lo caricaturesco. Efectivamente, me encanta la animación. Vi muchos videos de Disney Channel, de Cartoon Network. Me la he pasado mucho tiempo viendo esos programas, y de allí he sacado características para mis personajes. Mis piezas, que abordan ese tema caricaturesco, son sociales, pues muestran las expresiones de las personas, su carisma y cómo se ven envueltas dentro de un contexto.

Fabio: ¿Cómo ve proyectado su trabajo a mediano o largo plazo?

Giovanni: He sido intérprete en el Museo de Arte Contemporáneo...es decir, llegan los visitantes y yo los guio en el recorrido. También he estado en Artecámara, tutor de la Cámara de Comercio, que es un programa de esta entidad para artistas que están emergiendo en el arte contemporáneo. También estoy en un semillero de investigación en la Escuela de Artes y Letras que trata sobre una búsqueda de arte contemporáneo desde la década de los años 90 hasta la actualidad. De manera que he estado muy conectado con todo este medio, y quiero que eso se siga dando. He estado haciendo obra, haciendo ilustraciones y nuevos prototipos para exponer en galerías. 

Fabio: ¿Cómo ve ese vínculo entre el arte formal de galería y el arte de la calle? ¿Hay cierta tensión o se mueve en los dos mundos?

Giovanni:  El arte, no sólo contemporáneo, se calsifica dentro de un contexto y en ese contexto emergen expresiones distintas. Artistas como Antonio Caro, Frankie Aguirre y otros que están en el premio Luis Caballero, como Ana María Millán, son personajes que ya llevan mucho tiempo haciendo arte en Colombia; artistas consagrados que se han ubicado en, digamos, lo más formal. 

Ortxix. San Rafael Suroriental.

El arte urbano, que también nos representa, se encuentra ahora en un auge. Lo diferente del arte contemporáneo es que se piensa desde una tesis, desde una problemática, un guion literario, un statement del artista. Es una visión muy personal que se aborda en el trabajo. El grafitti es más un acto en el cual tú te enfrentas a un muro; aunque no está muy lejos de la galería o de los museos, porque hoy en día el grafitti y el mural han abierto puertas en diferentes lugares. Yo creo que todo depende de la información que tú tengas y de las capacidades para emprender un proyecto. Muchas cosas, como las habilidades sociales, intervienen en el desarrollo de una obra artística. Por eso yo creo que el ser humano debe ser polifacético, polivalente; debe emprender un viaje en donde haga muchas cosas y no quedarse encerrado en una sola idea.  

Si quieres conocer más del trabajo de Ortix, visita las siguientes páginas: 
http://ortix1990.tumblr.com/ 
http://www.colectivobicicleta.com/2016/06/street-art-giovanny-ortiz.html

Transcripción: Jenny Paola Pedraza.
Edición: Fabio Ramirez.

Galería del trabajo de Ortix en el barrio San Rafael.

"Sociedad Cartoon"

09 junio 2016

Apuntes históricos del Festival del Maíz de San Cristóbal.

La Semana del Maíz surge de un conversatorio sobre las culturas indígenas en el colegio Distrital Juana Escobar. Se comienza a realizar en el año 1.997 como una forma de conocer y rescatar las huellas ancestrales que ha dejado la cultura del maíz en América; el evento, entonces, surge por iniciativa del colegio mencionado y de la organización Siglo XXI

El festival propicia el encuentro de varias familias alrededor de la cocina y preparación de alimentos a base del maís, de tal manera que se alterna con una muestra artística que acompaña a este alimento milenario: danza, teatro, música, narración oral y juegos tradicionales. 

La Semana Cultural del Maíz tradicionalmente se ha realizado en el barrio San Rafael, pero con el tiempo se han integrado otros barrios, como Juan Rey, La Belleza, Libertadores, Nueva Delhi, Londres, Guacamayas y Altamira. El evento tiene un impacto aproximado de 350 a 400 personas.  

Origen y objetivos

Envuelta en una inmensidad de pieles y tendones, la mazorca se figura como un surco enorme sobre la tierra. Un hombre de manos callosas la toma delicadamente con sus dedos y uñas, comienza por realizar un círculo cerca del tallo, para luego arrancar las hojas, los ameros, que seguramente serán el alimento de algún animal, pues "el maíz es muy agradecido". Luego de raspar grano por grano, un líquido lechoso escurre entre las manos hasta caer en la tierra como gesto de fecundación. El maíz, después de ser arrancado, es triturado entre dos piedras; luego será envuelto y cocido, constituyéndose así en un alimento que se conservará intacto durante varios dias.

El maíz es una figura tutelar de América, alrededor del cual se crean y configuran mitos y ritos; se ha configurado en un elemento de identidad, pues ha logrado articular diversas manifestaciones culturales. De paso, ha dado un talante clave para renovar el pensamiento ancestral, permitiendo una transmisión en las actuales generaciones, tanto rurales como urbanas. A la sombra del maíz crecieron y murieron nuestros abuelos, se fundaron pueblos y ciudadaes, se establecieron y establecen fiestas que giran en torno a los productos que brinda: masato de maíz, arepa de mazorca, envueltos, chicha, mazamorras, etc. 

Así, en este juego circular que es la cultura, cada momento es continuidad, cada acto vuelve a repetirse, cada uno es más cantado o tarareado; cada petición o cada súplica es nuevamente recordada: "madre/ ten piedad de nosotros/ no nos envíes el fruto amargo demasiado pronto/ mucho tememos no tener carne suficiente/ no permitas que se marche la cosecha para tener algo en invierno"*. 

La Semana del Maíz realizada en la Localidad de San Cristóbal, llega cada año como un momento especial de la vida, que hace brillar los ojos de Jorge Ramirez al recordar el origen de este evento.  Nos cuenta él que: 

La idea de realizar un evento como la Semana del Maíz, nace en el año 1.990, a raíz de un conversatorio y encuentro con comunidades indígenas. Esto se dio, a su vez, en el marco del Encuentro Nacional de la ONIC. La participación de este sector de la localidad en el encuentro estuvo, al tiempo, organizada por la biblioteca comunitaria del barrio San Rafael y la Asociación Siglo XXI. Hubo unos conversatorios que se realizaron en la escuela Juana Escobar y en ellos se hablaron, entre otras cosas, de etnografía, costumbres indígenas y la necesidad de hacer un tipo de trabajo cultural que recuperara las costumbres alrededor de los productos a base de maíz. Se analizaron posibilidades con las danzas, audiovisuales y otras expresiones artísticas. Finalmente, luego de un trasegar continuo, se decidió que se podría realizar un evento alrededor de la comida típica; evento que quedó bautizado como la Semana Cultural del Maíz, en el año1.997.

Preparaciones de la Semana del Maíz. Años, 90.

El interés nuestro con la Semana del Maíz se consolida al realizar una muestra en el barrio San Rafael, que rescate las propiedades que tiene el maíz y los productos de la cultura gastronómica de las comunidades locales. Mostrar todas las posibilidades nutricionales que tiene el maíz y además de eso ubicar un poco a la comunidad sobre sus huellas ancestrales, partiendo del hecho de que el maíz es la base alimentaria de América. 

La idea es que alrededor del evento se pueda reunir a los artistas locales en áreas como música, danza, teatro y crear un espacio de intercambio entre personas de muchos barrios. Ello permite generar comportamientos solidarios, dinamizar procesos de organización alrededor de la elaboración de productos del maíz y facilita la comunicación entre vecinos. Además, se genera una actitud de confianza cuando empiezan a elaborar los productos, es decir, que eso facilita, por ejemplo, la recuperación de valores, el calor humano, la felicidad de la conversación y el compartir alrededor de un producto tan sencillo como lo es el maíz, sin perder de vista la importancia que tiene como elemento nutricional. 

Mito y cronología del evento 

Con la creencia de que el maíz se encuentra animado por un alma, al igual  que los seres humanos, los indígeneas de América llegaron a generar grandes personificaciones alrededor de este cereal. La madre del maíz era la encargada de preservar la permanencia de la cosecha del grano, a ella, mes tras mes, año tras año, las comunidades indígenas dedicaban una fiesta en la cual se velaba por varias noches a ciertas cantidades de maíz. Estas eran amarradas con las mejores mantas, lo cual garantizaba la permanencia de la cosecha. En otro pueblos de nuestra América, la madre del maíz era representada por una muñeca hecha con cañas y hojas de maíz, la cual era vestida con atavíos femeninos, otorgándosele el papel, como madre, de reproducir, año tras año, el cereal. Así como la memoria sigue la huella de la fiesta y ritos ancestrales, la palabra busca darle forma al recuerdo; recuerdos que tienen que remitirse a una realidad más próxima, pero no por ello menos intensa. Don Jorge habla de la cronología de la Semana Cultural del Maíz:

Durante los primeros 5 años, el evento ha sido liderado por jóvenes, pues la Asociación Juvenil y la escuela Juana Escobar se hicieron responsables durante el primer y el segundo año. En principio, el evento fue financiado por nosotros mismos, por los organizadores; los recursos, pues, fueron obtenidos por un interés altruista de hacer alguna actividad que sensibilizara a la comunidad. 

En el primer año no se hicieron tantos productos como ahora se hace; se hicieron pocos porque los recursos humanos son limitados. Se arrancaba con la poca experiencia que había y por eso mismo no se sabía muy bien en qué cosas invertir. En todo caso se prepararon comidas típicas como envueltos, masato, chicha y crispetas. El primer año se hizo en el barrio, no se convocó a gente de otros barrios y la cobertura alzanzó unas 50 o 60 personas. 

En el segundo año nos dimos cuenta que el evento realmente valía la pena. En esta segunda oportunidad participaron delegados de comunidades indígenas, quienes compartieron sus conocimientos sobre cultivos y trabajos alrededor de los productos del maíz. Para el segundo año se hizo nuevamente en la escuela Juana Escobar, pero esta vez, con un aforo de más de 100 personas. Se acompañó con aires musicales de la región cundiboyacense, antioquia y otras zonas de la región andina. 

Portada del Recetario. 2007.
 El tercer año se presentó la posibilidad de que el evento fuera apoyada económicamente por la Alcaldía Local. En principio el Consejo Local de Cultura acogió esta idea, pues se percibía que era un evento que congregaba a la comunidad. Gracias a las gestiones que se realizaron con las entidades locales, se compraron insumos en Abastos. Eso permitió invitar a otros barrios como Juan Rey y Londres. 

Para el tercer año (1999) el impactó creció. Se hicieron más productos y la gente también empezó a vender algunos. Además, se dio paso al truque, una idea que desde el principio se quería impulsar. En todo caso, los precios son muy módicos, pero útiles para recuperar algunas inversiones. 

El cuarto año (2002), el evento siguió creciendo, pues hubo mayor participación y mayores recursos. Se logró comprar mazorca, diferentes tipos de maíz, se trajeron cantantes y se invitó a diez barrios; de modo que de dos pasamos a diez barrios. A los barrios se les propuso que hicieran su semana cultural del maíz, respetando la decisión de cada uno, según su parecer o necesidad; de esta forma se les entregó una carga de mazorca, medio bulto de maíz peto y otros insumos como: queso, miel, panela. Esto se hizo para generar autonamías alimentarias. 

En otras palabras, Don Jorge relata que el alcance del evento ha ido en aumento ya que "el impacto que ha tenido este evento ha sido bueno, pues cada vez cubre una mayor parte de la localidad. Barrios como Libertadores, Juan Rey, Ciudad de Londres, San Blas, San Rafael, ñas Guacamayas, Altamira y San Cristóbal. Por lo general, en cada barrio hay líderes que reconocen la importancia del evento. Con el tiempo hemos dado en llamar "Bazar cultural" al momento en que todos los barrios nos encontramos. La semana cultural cobra una magnitud mayor un día, y ese día es el del bazar, un día en que nos encontramos todos para compartir". 

Logros y problemas

En la actualidad (2010-2015) el evento convoca a más de 300 personas. Poco a poco es mucha la genta la que se ha apropiado del festival y ha logrado resignificar la trascendencia del maíz en la génesis de nuestra cultura. Jorge Ramirez, redondea ideas que ya ha expresado:


Se podría pensar que vender el producto es una falta ética, pero sí se puede vender, siempre y cuando la gente responda con lo que se compromete cuando empieza. Por ejemplo, yo me llevo media arroba de maíz porba, y me comprometo a traerles chicha, masato y arepas o envueltos. Independientemente del trabajo que se necesite, lo que nos parece clave es el compartir, pues los precios son más bien simbólicos. 

Por ejemplo, para preparar el maíz porba, normalmente se utiliza un día, con 2 o 3 personas. Entonces lo que hacemos es coordinar con la familia y explicarles, ilustrarles, de qué se trata. Si usted tiene, digamos, 1000 envueltos y le invirtió azúcar, levadura, mantequilla y otros ingredientes, se supone que es una inversión que debe recuperar con ventas, lo cual constituye una manera de que la gente esté pendiente y cercana a los procesos. Otra forma de organizarnos es dedicarnos, por ejemplo, a hacer los envueltos. Se necesitan unas 12 horas para hacer 1000 envueltos, porque hay que estar mojando y estar cocinando al vapor: entonces la gente termina reuniéndose en familia, con sus hijos y, si por alguna razón no se alcanza, pues al otro día se madruga. 



Portada de Recetario. 2013
A lo que voy es que la gente descubre que no se necesita mucha cosa para hacer que nos integremos, que confiemos el uno en el otro, nos miremos, que estemos reunidos una vez al año: en ese sentido, creo que el festival ha sido un éxito, porque crea comunidad y afectividades entre todos nosotros. Se ha logrado que la gente roconozca e identifique sus potencialidades como comunidad, todo lo cual favorece la productividad y los diálogos que, en últimas, crean familia. 

Los problemas, por otra parte, suelen ser normales. Que lleve, que traiga, que se va la luz; de pronto hay gente que le gusta que todo se lo regalen, que se ponen bravos y entonces empiezan a hablar mal del evento. A veces conseguir artistas que sean buenos y que acepten los recursos limitados también constituye un gran lío.. 

El maíz ha sido una de las plantas de mayor cantidad de estudios culturales, es decir, no solamente biológicos y químicos, sino también por su estrecha relación con los seres humanos. En principio, el maíz fue la base de la dieta del pueblo americano durante milenios. Gracias a su versatilidad, duración y relativa facilidad de cultivar y reproducir tuvo un impacto decisivo en la constitución de nuestros pueblos. La fermentación y almacenamiento supusieron, también, configuraciones culturales y sociales en los pueblos prehispánicos. 

Como lo han manifestado varias personas, el evento de la Semana del Maíz es una disculpa muy buena para integrarse; si bien no ha alcanzado la madurez y el impacto que podría tener, sí es un esfuerzo que, a pesar de las limitaciones, impactaría muy bien a nivel interlocal, e incluso, nacional. Pues, ¿qué más nos une a nosotros los humanos que la comida, más cuando esta se prepara con talento y amor?

*Frazer, James. La Rama Dorada. Editorial Fondo de Cultura Económica. México, 1.994.  

Con información de: Recuperación histórica de los eventos culturales de la localidad de San Cristóbal. Alcaldía Local de San Cristóbal. Bogotá, 2003.

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